Hace casi nueve meses, una luz cegadora interrumpió el plácido amanecer de los Urales rusos. Era un meteorito que provocó unos 1.500 heridos y 3.600 edificios dañados. Ahora, tres estudios distintos analizan este fenómeno, el más potente registrado desde hace más de un siglo, y llegan a la conclusión de que este meteorito fue 30 veces más brillante que el Sol y que objetos como este son 10 veces más abundantes de lo que se calculaba .